viernes, 1 de marzo de 2013

2.2 Cambios psicológicos y sociales del adolescente


CAMBIOS PSICOLÓGICOS Y SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA

(Reflexión)

 

La esperanza de vida en un país como México es de alrededor de 70 años. Si con base en este dato se elabora un gráfico (tipo línea del tiempo) que represente las etapas de la vida de una persona, se tiene que la infancia, la niñez y la adolescencia juntas (hasta los 18 años aproximadamente) solo representan el 25% de lo que se vive. Es decir, tres cuartas partes de la vida, se es adulto y adulto mayor.

Por lo tanto, una de las mejores etapas de la vida (si no es que la mejor) que es la niñez, se abandona demasiado pronto. Pero no solo se termina muy rápido, sino que el difícil paso hacia la adultez, implica transitar por caminos que están llenos de cambios demasiado drásticos. Por ejemplo, cuando aún sigue siendo muy emocionante, organizarse con los otros niños para jugar todo aquello tan divertido, de pronto comienzan presentarse cambios fisiológicos que aunque no sean visibles para los demás, incomodan al ya adolescente, y es que no es posible aceptar que alguien se siga comportando como niño, si las reglas sociales dictan que alguien con características físicas de adulto no debe comportarse de esa forma.

Es decir, crecer no implica únicamente la aceptación, el rechazo o la emoción de los cambios físicos, también significa adquirir una responsabilidad social que mantiene desconcertado al adolescente. Las dudas acerca cuáles deben las características principales de su personalidad, de pronto encuentran respuesta en expresiones como “originalidad”, “diferente” o “rechazo por lo ya existente” porque es difícil comprender por qué, las personas mayores están tan tachadas a la antigua. Aunque, estas actitudes tan optimistas suelen alternase con momentos de rechazo por todos estos cambios que en definitiva, el joven “en ningún momento solicitó”.

Todo este caos entre la certeza de cómo comportarse, la incertidumbre acerca del propio futuro laboral y entre la indiferencia a las críticas de los demás, va forjando la personalidad del que pronto se convertirá en uno más del mundo de los adultos. Es decir, en este paso por la adolescencia se van presentando cambios psicológicos.

Aunada a todo este cúmulo de cambios, se encuentra: la escuela. El escenario en el que además de los pares, la figura del maestro puede adquirir cierto grado de importancia o puede ser obligadamente ignorada. Pero es precisamente el maestro quien, consciente de la oportuna intervención de un guía para quien puede equivocar el camino hacia su futuro,  debe aprovechar las oportunidades que en ocasiones el joven le concede para intervenir en la toma de sus decisiones. Pero ¿cuáles son las características de un buen guía o tutor de adolescentes?

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